martes, 23 de febrero de 2010

Morir de Cosas Asi


Si me quitas el azul cielo
la luna blanca honrosa
y el mar
mi mar
el de los peces azules
y la gaviota naranja
He de morir de cosas así...

domingo, 21 de febrero de 2010

Pa TI


Soy un dulce de papelitos brillantes desenroscándose
de esos rectangulares con caramelo y café
Vestida de verde iridiscente y oro amarillo
espero por ti,
eso si yo te como primero
luego
tu

jueves, 18 de febrero de 2010

Mujer Pelegrina


Me he transportado al 1966-67 de manera compulsiva. Imágenes corren por mi cabeza. Solo quieren salir, ventilarse por ahí para que Ella sepa que ni tan infeliz, ni tan feliz. Solo sé que soy lo que ese año marcó y más. Curioso antes nunca lo mencionaba, casi lo escondía. Si , bien... decía y callaba sin reconocer esa emoción ambigua que guardaba, no la podía descifrar. Una mezcla de abandono, coraje y al final una aventura única que guardo y comparto. Ahora si ahora hablo, ahora digo que si que volvería a vivirla. Nada pasa por casualidad. Conocí a Carlos Javier, mi primer novio, el que besó mi dedo del corazón y me unió por siempre a España, a Conchita, mi amiga de Huelva, la que me hizo una feliz devota a la Virgen del Refugio. Viví con familia extraña en Tierra extraña. En España me hice mujer. Ahora sí, ahora si puedo ver el 1966. Camino de Madrid.

miércoles, 17 de febrero de 2010

La Guardia, Galicia- Verano 1966


Los chicos con las chicas tienen que estar

las chicas con las chicos han de vivir

y estando todos juntos deben cantar

las cosas han cambiado yo soy feliz los chicos con las chicas pueden vivir

Los Chicos con las Chicas- Canción de Los Bravos

Acabo de llegar a La Guardia, villa pesquera de Galicia, capital de la langosta y las croquetas de marisco. Estudio verano: geografía, literatura española y algebra. Las clases son en la mañana. La tarde para salir con las pandillas de amigos y excursiones al Rio Miño que colinda con Portugal. Baños fríos con amigos grandes. Ahí lo conocí.

Enamorarse, lo que se dice enamorarse se siente en el estómago y en el corazón a la vez. Mi piel de 12 años se eriza. Tiemblo por dentro. El despierta mi cuerpo dormido. Mi mundo se revuelca.

Carlos Javier es estudiante de medicina, tiene 18 años, ojos clarones como la Playa de Fedorento que tantas veces recorrimos. Mis ojos melosos, mis oídos y mi boca tienen un solo norte estar en su compañía. Largas caminatas de varios kilómetros donde la risa y la conversación me embelesan. ¿Qué puedo yo hablar que no sea de mi isla y de mi familia y de mis motivos de este viaje?

¿Qué te trae a este país a estudiar?

Javi yo quería ser monja y a mis padres no les agrada la idea. Además quería ver otro mundo, estudiar y conocer amigos de otro país. Pienso que siempre he sido aventurera y sucedió. Mis padres están alegres de poderme ofrecer esta experiencia.

Tu ni hablar de monja.

Me miró a los ojos penetrando mi cuerpo. Tomó mis dos manos entre las suyas fuertes. Besó lentamente cada uno de mis dedos: meñique, anular, índice… como quien deja caer en flor nueva sus deseos. Tú, tú te casarás con un español y ese no sé si seré yo, pero tu vida está ligada a España.

Me abrazó con ternura entrelazando en mi cabello largo todos sus dedos. Con su dedo del corazón puso una gotita de saliva en mi labio inferior. En ese instante Javi borró todo lo que me quedaba de monja Y acercó su boca a mi boca. Cerré mis ojos…

Lucille Lang © Domingo, 14 de Febrero de 2010

jueves, 11 de febrero de 2010

Huelva Penitente, marzo 1967


Las lágrimas de la Virgen
iban cayendo en la Tierra
y de cada una brotaba
una rosa y una perla (copla andaluza)

Cuanto la he extrañado. Conchita Pérez Galdós, descendiente del escritor de Marianela. La recuerdo como ayer, salerosa, pelo largo hasta la cintura con rizos fuertes, ojos grandes color miel, dos años mayor que yo. No para de hablar y desde el principio somos como hermanas, ella la grande, yo su cola. Extraña mucho a su madre y a su hermano menor. Ambos viven en Huelva, provincia de Andalucía al sur de España. Viste con colores brillantes y siempre esta alegre. Me ha invitado a pasar la Semana Santa en su casa para ver el desfile de los nazarenos, los encapuchados puntiagudos vestidos de blanco. Veré el Trono del Señor de la Victoria y la Virgen de la Macarena junto a las diferentes Cofradías haciendo penitencias, mientras reciben el perdón de los pecados y ganan indulgencias.

Llego un jueves caluroso en la mañana. La Virgen de Conchita es la Virgen del Refugio. Me ha contestado cada una de mis oraciones desde niña, eso sí vístela de flores que le gusta estar guapa y pide en silencio… no me lo cuentes ni a mí, sólo después que se cumpla. Dentro de la catedral me arrodillo emocionada en su Altar. Enciendo una vela blanca y poso en sus pies gastados por los besos de los fieles, un ramo de flores silvestres rosadas y amarillas. Beso sus pies según la tradición. Pido por mis padres, por mis hermanos Olga, Karl, Edward, y David, por las amigas que me hacen tanta falta Lizzie y Nilda y por mí para que este año pase pronto y mis notas hagan sentir a mis padres orgullosos. Avanza Lucille que nos tenemos que preparar para esta noche y me tienes que planchar mi pelo. Lo quiero tan liso como el tuyo.

El piso de Conchita es enorme, está lleno de recámaras, la cocina llena de ventanas es amarilla y tiene un mirador a la calle San Sebastián donde ves la gente paseando en las tardes . Tiene una confitería al frente con los mejores dulces de la ciudad: bombones de chocolates, yemas de caramelo, mousse de miel, tocinillo de cielo y galletitas de manzana que se derriten en tu boca. Merendamos los dulces y complací a mi amiga sacando la toalla blanca y la tabla de planchar para dejarle su pelo liso. Conchi ven la plancha está caliente, tome un gran trozo de su pelo y lo cubrí con la toalla húmeda. Desde la raíz a la punta pasé la plancha, mientras mi amiga sudaba, así seguí hasta que su pelo le quedo totalmente liso. Ahora ya parecemos hermanas, la hermana que siempre quise tener. Me dio un abrazo apretado. Juntas nos fuimos de procesión con la Hermandad del Huerto a la que Antonio su hermano pertenece. Ese jueves Santo cante coplas a la Virgen agarrada del brazo de mi amiga y de su madre Isabel.

Pido por Conchi a la Virgen del Refugio desde mi habitación en silencio. Quiero contarle que contestó cada una de mis oraciones…

Lucille Lang© Lunes, 08 de Febrero de 2010

jueves, 4 de febrero de 2010

Septiembre 1966- El Comedor

Son las ocho de la noche en el Colegio Santa María del Camino. Es hora de cenar. El comedor es un salón muy amplio, con ventanas grandes de cristal que abren al patio de pinos. Las mesas están cubiertas con manteles blancos, y las servilletas de tela descansan sobre el primer plato. Es mi primera noche de interna a mis doce años en Madrid. Puedo escuchar mi respiración con sentimientos encontrados. Ceno con seis niñas más, en silencio. Las señoritas que nos sirven, visten de azul con delantales blancos almidonados. Desde la cocina se escucha la radio… Con un sorbito de champagne brindando por el nuevo amor, la suave luz de aquel rincón hizo latir mi corazón… Traen bandejas de plata con un pequeño vegetal verde humeante, parece una bola cilíndrica de escamas verdes, se llama alcachofa. Señorita ¿quiere aceite de oliva? Digo que sí sin saber si seré capaz de comerlo.

Una de las reglas es que los platos regresen vacíos y es obligatorio comer de todo. Observo las compañeras tomando el tenedor con la derecha y el cuchillo pequeño para cortar aquella cosa extraña. Tienes que ser valiente me digo. Tomo una escama verde y la introduzco en mi boca, mi lengua se rebela inmediatamente al sabor ácido, blando y amargo. No puedo tragar, es inmundo. Ideo un plan, la abro completa, escama por escama, la riego en el plato y hago que se deslice la mitad a mi servilleta de tela sobre mis muslos.

Comienzan a recoger el primer plato. La señorita me dice, terminó, si le digo. ¿De dónde eres? De Puerto Rico, sonríe y me dice, mi hermana vive allí. Recoge mi plato. Inmediatamente me levanto y la otra mitad la boto al inodoro. Gracias a Dios el segundo plato son patatas fritas con solomillo. El olor a patatas caseras me conquista. De postre me dan flan de la casa con caramelo.
Por las tardes se merienda a las cuatro. Todas las alumnas vamos al comedor a recogerla. Mi merienda favorita es bocadillo de tableta de chocolate, consiste en pan de agua con chocolate Nestlé por dentro. Al día de hoy no he visto a nadie comiendo bocadillo de chocolate en PR. Aprendí a comer judías verdes con jamón serrano, sopa de lentejas, merluza empanada, jamón con melón. Nada que al final, aprendí a comer de todo, hasta alcachofas…


Con un sorbito de Champagne- Canción Hit de Los Brincos en 1966