Abracé el mar turquesa cuando los últimos rayos de la tarde besaban con un arcoiris de despedida el día que se acuesta a dormir. Allá lejos, a la distancia la vi sola, esperándome una Maestra Gaviota. En las profundidades de aquel mar acariciante y rocas conocidas, ella me silencio.
Maestra Gaviota con corona negra, pico dorado y plumaje de plata posó sus ojos en los míos . Me habló de la libertad vivida, me habló de los mares sin tiempo, me habló de las ballenas madres, me habló de sus nidos colgados con polluelos felices, me habló de la vida de un marinero en ciernes, me habló del amado que tengo a mi lado. Ella y yo nos despedimos abrazando el momento presente.
2 comentarios:
Hay que vivir a plenitud cada momento. Un abrazo
Hola!
Preciosas palabras e imágenes albergan tu blog.
Si pasas por el mío verás que te he añadido a la lista de blogs que sigo.
Si tuvieras un banner te pondría también en "Compañeros en la red".
Te animo a que sigas escribiendo tan bellas palabras.
Un fuerte abrazo
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