martes, 18 de diciembre de 2012


Cada vez que abro mis ojos    

Cada vez que abro mis ojos
invito al mundo a tomar forma

y cada vez que el mundo toma forma

estoy invitada  a abrir mis ojos
y ver el mundo crudo y desnudo

sostengo  su  mano
me susurra     shshsh     mira  dentro...

y me lleva a las Transparencias de las Cosas
donde  soy  totalmente transparente     

de pie en el borde       miro  hacia abajo
y  en   la piscina oscura y silente en la que se acuna el mundo
soy acunada junto a  todas las cosas
y  todas las cosas se sostienen  en mi ser

"Yo” no soy una cosa en el mundo pero  sí esto / "Aquí" /"Mirando

 el mundo abierto   me invita y me ofrece su ser inmenso  

y cada vez que lo observo - el muere
al morir sostiene su mano una vez más
pidiendo ser llevado
y cada vez que lo tomo
yo también muero

Y muriendo-me conozco
como este "Aquí" -" Mirando"

Cada Vez Que Abro Mis Ojos

Poema de Rupert Spira          (adaptación de Lucille Lang Correa)



lunes, 16 de abril de 2012

Observaciones España 2012

Los cabeziblancos

En los aeropuertos de Europa como el de Barajas que estuve hace poco existe un elemento sorpresa que llamó mi atención.  Los viajeros que no puedo llamar turistas pues no todo el que viaja va de vacaciones son en su mayoría gente que sobrepasa hace rato los cincuenta años.  Allí la gente no se pinta el pelo ni se maquilla.  En su mayoría son gente delgada aún con abrigos bufandas y guantes.  Al parecer el frío funciona como quema grasas. Los cabeziblancos toman trenes a todas horas del día.  Lo curioso es que durante el mes de febrero  en los carnavales de Madrid había una comparsa de rondallas cabeziblancos cantando sevillanas y bailando en una de las paradas del  tren de Plaza Castilla.  La pandereta los saltos y la risa entre ellos era contagiosa, luego vi a una rumana con su micrófono, su voz un poco chillona no sé si del frio cantando un inglés que no entendí, solo supe que era música bailable pues mi cuerpo se puso alegre y el ritmo me llegó al corazón.  Su canasta en el piso estaba llena de monedas.  Mientras la observaba entendí que no cantaba por obligación sino por  puro placer.   Y de eso se trata la vida de los cabeziblancos.

EL Minero

En Plaza del Sol a eso de las cinco de la tarde una estatua negra me magnetizó.  A cinco pies de altura un joven minero literalmente pintado de negro como la noche, posaba caminando.  Una pierna al frente  la otra le seguía quedando apenas a pulgadas del pedestal carbón.  Su piel pintada de color brea hasta el último vestigio. Su uniforme  sus botas los pliegues de su pantalón  su camisa ajada todo literalmente todo era negro.  Un artista de la inmovibilidad que apenas pestañeaba.  Me detuve a observar su expresión facial sus labios gruesos su nariz perfilada.  Su expresión denotaba una extraña tristeza.  Como si el tiempo en él se hubiese congelado.  Comencé a mirar el mundo a través de él, aún en su inmovibilidad y su tristeza profunda transmitía un mensaje.  Una lágrima comenzó a deslizarse por su ojo derecho.  Alli estábamos todos quietos observando también nuestra tristeza interna.



Julieta – La Fotógrafa

Por invitación de mi cuñada asistí a una exposición de fotografías de la artista Julieta Zulueta.  En el edificio de la Junta de los bancos suizos en el segundo piso se levanta la vida y la muerte de un tulipán.  Algo me ocurrió aquella tarde entre tulipanes que nacían y morían aun más hermosos… contacte con una emoción que no había tocado antes.  La de la eternidad la de la trascendencia la de experimentarte como espejo de eso que llamamos sin saber el UNO.  Agradezco que por unos instantes todo cambio.  Mi corazón se abrió y la muerte a otra vida se hizo muy bella con sus tulipanes rosados y lilas.  Julieta rondas una vibración muy alta.  Quédate allí.