El rosa nunca fue mi color preferido de niña. No recuerdo ningún vestido del color de las niñas. Pensaba que era de niñas frágiles, sobreprotegidas y poco dadas a la aventura y al riesgo. Me gustaba el azul en toda su gama desde los pálidos, los turquesas, los cobalto, y los azulesverdes. Solia vestir pantalones azul marinos debajo de mi uniforme de rayas azules asi podia jugar y sentarme de manera relajada. Yo era la compinche de mis hermanos varones. Con ellos corria bicicleta, bajaba en patineta la cuesta de mi calle y me sentaba con ellos a jugar monopolio en la terraza. Recuerdo que lo primero que hacia era comprar las utilidades(Luz y Agua). Luego compraba las lineas de trenes. Las Avenidas Kentucky, Indiana y New York eran mis favoritas. Siempre les ganaba aunque me hicieran trampa. Me sentía una empresaria sin miedo a invertir pues sabia que si usaban mis trenes, mis utilidades y mis avenidas recuperaba lo invertido. Soñábamos un mundo a nuestros pies. Vivía en estado de gracia. El rosa no era importante.
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